Aplicación
de las lentes haploscópicas ChromaGen en pacientes con
dislexia: estudio clínico a doble ciego comparativo con
placebo
David Harris, F.B.D.O. (Hons) CL*
y Susan J. MacRow-Hill, B.Sc. (Hons), M.Sc. Ultralase, The Chester
Clinic, Chester (Reino Unido) MacRow-Hill es investigadora adjunta
independiente/autónoma de Exeter (Reino Unido).
Información general: muchos
pacientes con dislexia relatan que el texto se distorsiona cuando
leen. Se llevó a cabo un estudio piloto con resultados
satisfactorios, en el que se estudió la mejoría
en la velocidad de lectura con el uso de los filtros haploscópicos
ChromaGen en comparación con el colorímetro intuitivo.
Después de dicho estudio, se ha realizado un estudio
clínico aleatorizado a gran escala, con diseño
cruzado, a doble ciego y comparativo con placebo.
Método: se utilizó
la prueba de velocidad de lectura de Wilkins (Wilkins rate of
reading test) para obtener una puntuación de referencia,
con la que se pudiesen comparar las puntuaciones obtenidas con
las lentes ChromaGen, las lentes placebo y unas lentes de control.
Los criterios de exclusión fueron, entre otros, los siguientes:
inexistencia de diagnóstico oficial de dislexia, contraindicaciones
al uso de lentes de contacto y causas visuales no corregidas
como origen de la dificultad para leer.
Resultados: cuarenta
y siete individuos terminaron el estudio satisfactoriamente;
de éstos, 41 pacientes notificaron distorsión
del texto (esto es, que las palabras parecían moverse,
estaban borrosas o que parecía que en el texto se formaban
patrones de espacios) durante la lectura, y nueve individuos
presentaban una visión cromática deficiente. En
un estudio comparativo de las lentes ChromaGen con lentes placebo
se demostró una mejoría significativa en la velocidad
de lectura con las lentes ChromaGen en individuos que notificaron
distorsión del texto (p=0,05) y una mejoría muy
significativa en individuos sin deficiencias en la visión
cromática que notificaron distorsión (p=0,006).
Las pruebas de la t de las medidas repetidas mostraron que las
lentes ChromaGen producían una mejoría muy significativa
en la velocidad de lectura -por encima del placebo- en individuos
sin deficiencias en la visión cromática que notificaron
distorsión (p < 0,0001).
Conclusión: el
aumento significativo en la velocidad de lectura entre las personas
que notificaron distorsión indica que, disminuyendo la
distorsión del texto, una proporción considerable
de pacientes disléxicos se beneficiaría de esta
ayuda, en combinación con sus programas de lectura normales.
Palabras clave: ChromaGen,
lentes de contacto, distorsión, dislexia, haploscópico,
dificultad de lectura, tintes.
Las lentes ChromaGen (ChromaGen Limited,
Chester, Reino Unido) son una serie de lentes tintadas de precisión,
en forma de lentes de contacto o de gafas, que se crearon en
un principio para mejorar la diferenciación de tonos
en personas con visión cromática deficiente.1
Los pacientes que obtuvieron unos buenos resultados observaron
que tenían mayor capacidad para distinguir tonos de color
que antes les parecían el mismo; consideran que esto
es significativo y parecen seguir satisfechos durante un período
en el que se supone que el efecto de la novedad se habría
terminado.1,2 El médico utiliza un juego de examen -descrito
de forma minuciosa por Hodd2-, que contiene 25 lentes de contacto
y 16 lentes diagnósticas para gafas (ocho para cada ojo)
de tono variable, para determinar cuáles son las lentes
correctas para el paciente1,2. Las lentes de contacto están
hechas de un material biomimético Filcon 4a con un 55%
de contenido de agua, con una pequeña mota del color
del filtro requerido en el centro de la lente, diseñada
para cubrir la pupila. De esta forma, no tiene por qué
verse afectado el color del iris del paciente. Es posible que
algunos pacientes sólo necesiten una lente, pero en otro
casos son necesarias dos (casi siempre de distinto tono y saturación).
Se lleva a cabo un procedimiento de evaluación para conocer
las necesidades de cada paciente.
Durante unas visitas habituales de tratamiento
posoperatorio, el autor (nombrado en primer lugar) de este artículo
tuvo conocimiento de unos casos en los que individuos con visión
cromática deficiente y con dificultades de aprendizaje
específicas habían experimentado aparentemente
una mejoría en su capacidad para percibir texto con las
lentes. Así pues, se decidió investigar este fenómeno
para averiguar si el tratamiento ejercía un auténtico
efecto y, de ser así, determinar el grado de dicho efecto.
La utilización de filtros, normalmente
en forma de gafas tintadas o láminas coloreadas, para
ayudar a personas con dificultades para leer, no es algo nuevo.
Irlen3, quien acuñó la expresión "síndrome
de sensibilidad escotópica", ha elevado el perfil
de la técnica y ha llevado a cabo gran parte del trabajo
inicial. Sus métodos se comercializan a través
de los Institutos Irlen y están disponibles en varios
países; sin embargo, fue Meares el que describió
por primera vez el trastorno4, que ahora se conoce (desde 1980)
como síndrome de Meares-Irlen5, y que se caracteriza
por síntomas como la distorsión del texto (por
ejemplo, las palabras parecen moverse o se vuelven borrosas)
y el beneficio obtenido con el uso del color5.
Algunos autores (por ejemplo, Solan y
Richman6) han sido críticos con los resultados logrados
con la técnica Irlen y se cuestionan incluso la existencia
de un síndrome de Meares?Irlen6,7 y la intensidad del
efecto placebo cuando se recetan las lentes Irlen5.
Existen algunas publicaciones sobre las
variaciones neuroanatómicas y otras variaciones neurológicas
con respecto a la normalidad que se produce en los pacientes
disléxicos8?11. En concreto, se han llevado a cabo muchas
investigaciones con modelos animales acerca de las ectopias
corticales y las dificultades de aprendizaje asociadas12?14.
Una teoría que contribuye a explicar
algunos de los síntomas descritos por los pacientes disléxicos
es que su origen es fisiológico, basado en un desarrollo
deficiente de las neuronas magnocelulares del sistema visual,
auditivo y motor15?17. Se cree que una función magnocelular
ineficaz afecta a la percepción de la posición
de las letras en la página, lo que origina que no se
interprete el texto correctamente y que haya distorsiones, dos
rasgos señalados por muchas personas disléxicas18.
Solan et al.19?21 han obtenido resultados
que corroboran el concepto de deficiencia magnocelular. En un
estudio19, el 87% de los niños con problemas de lectura
mostraron una mejoría en la comprensión de lectura
utilizando filtros azules; es más, los filtros azules
aumentaron la comprensión en un 45% en este grupo19.
En otro estudio, se ha confirmado que los filtros azules pueden
mejorar la eficacia del movimiento ocular durante la lectura20.
El fenómeno de Pulfrich constituye
una prueba de que los filtros cambian la velocidad de transmisión
en las vías ópticas centrales. Creemos -al igual
que otros autores22- que es posible que las lentes coloreadas
puedan, de forma similar, reequilibrar las vías magnocelular
y parvocelular, cambiando eficazmente la velocidad de transmisión
en las vías ópticas centrales, que ya no producen
el efecto Pulfrich. Las lentes ChromaGen, que se prescriben
en su forma haploscópica y, por tanto, quizás
con más precisión, pueden ser más eficaces
que los tratamientos alternativos.
Una alternativa a la teoría magnocelular
es que existe una hipersensibilidad a los patrones de visión
que se manifiestan en las personas disléxicas como la
percepción del movimiento del texto u otras distorsiones
del mismo23. En esencia, la teoría consiste en que, en
personas predispuestas, algunos patrones de rayas pueden causar
estas distorsiones y otros problemas, y que las líneas
del texto pueden formar el patrón de rayas que provoca
estos síntomas. Arnold Wilkins suscribe esta teoría5,24
y ha creado, junto con el Medical Research Council (Consejo
de investigación médica), el Colorímetro
Intuitivo (Cerium Visual Technologies, Tenterden, Reino Unido).
Después de la realización
de un estudio a doble ciego comparativo con placebo, el Colorímetro
Intuitivo llegó a los consultorios para la prescripción
de gafas coloreadas a personas con el síndrome de Meares?Irlen
mediante la iluminación del texto con luz en la que se
puede modificar de forma aislada el tono, la saturación
y la luminancia25. Los médicos del Reino Unido utilizan
el Colorímetro Intuitivo para recetar lentes tintadas
a pacientes con dificultades específicas de aprendizaje;
por esta razón, se ha tomado la decisión de hacer
un estudio comparativo entre ChromaGen y este instrumento.
En este estudio piloto inicial26 participaron
10 pacientes (terminaron el estudio nueve) procedentes de universidades
locales. Estos pacientes tenían un certificado de necesidades
educativas especiales o bien un psicólogo educativo les
había diagnosticado oficialmente dislexia. Se exigió
que los participantes en el estudio presentasen una dislexia
conocida y que las universidades implicadas -con departamentos
para las personas con necesidades educativas especiales- proporcionasen
fuentes accesibles de pacientes diagnosticados de dislexia.
Los individuos fueron asignados aleatoriamente, en primer lugar,
al grupo del Colorímetro Intuitivo o al grupo del sistema
ChromaGen, antes de someterse a un tratamiento cruzado doble,
alternando el tratamiento, y una prueba de control de los dos
sistemas.
Los resultados mostraron que, usando la prueba de velocidad
de lectura de Wilkins (IOO Marketing, Londres, Reino Unido),
los pacientes que llevaban las lentes ChromaGen lograron un
aumento muy significativo estadísticamente en la velocidad
de lectura, por encima del control (p = 0,004). En comparación,
el incremento en la velocidad de lectura en los pacientes que
usaron filtros recetados con el Colorímetro Intuitivo
no lograron alcanzar significación estadística
(p = 0,06). El aumento medio de la velocidad de lectura con
el Colorímetro Intuitivo fue de 8,8 palabras por minuto,
mientras que con las lentes ChromaGen fue de 12,1 palabras por
minuto. Después de este experimento, se comenzó
el siguiente estudio clínico a doble ciego comparativo
con placebo.
Pacientes y métodos
Los voluntarios fueron seleccionados
entre los que respondían al interés de los medios.
Para su inclusión en el estudio, los voluntarios tenían
que presentar un diagnóstico oficial de dislexia, ser
capaces de usar lentes de contacto y que su dificultad para
leer no tuviese su origen en una causa optométrica subyacente,
como un error de refracción o un problema ortóptico
importante no corregido. Para este estudio, se definieron los
errores de refracción significativos como ± 0,75
DS y 0,75 DC. Utilizamos criterios de exclusión ortópticos,
al igual que se hizo en estudios parecidos realizados en otros
lugares25, de los que encontramos información en Evans
et al.5, junto con una explicación más detallada
de su base teórica. Se requirió que los participantes
en el estudio llevasen su certificado de necesidades educativas
especiales (u otra prueba del diagnóstico) y un informe
de su optometrista.
Los pacientes con visión cromática
deficiente no fueron excluidos, porque queríamos recabar
información sobre el efecto diferencial de las lentes
ChromaGen en este grupo. De igual forma, no hubo restricciones
en cuanto a la edad, ya que se presentaron para formar parte
del estudio voluntarios de todas las edades y capacidades, y
pensamos que la muestra utilizada en el estudio debía
ajustarse a esto. Este hecho refleja, así mismo, que
cualquier futuro tratamiento tendría que dirigirse a
un grupo similar en cuanto a su diversidad.
En total, fueron seleccionados para el
estudio 53 pacientes, pero seis no consiguieron terminar el
proceso porque no permitieron que se les colocasen lentes de
contacto en los ojos, porque no cumplieron los requerimientos
mínimos de lectura o porque no quisieron terminar la
prueba subjetiva. De los 47 individuos restantes, nueve eran
mujeres y 38 eran varones. La edad media era 14,7 años
(intervalo de 9 a 40 años; DE = 5,2). Nueve de los varones
tenían visión cromática deficiente, de
los cuales dos tenían protanopía o protanomalía
(protan) y siete tenían deuteranopía o deuteranomalía
(deutan). Basándose en la distribución en la población
general de personas con visión cromática deficiente27,
se esperaba un protan y tres deutan.
La prueba se llevó a cabo según
el siguiente esquema:
Protocolo para el orden de realización
de las pruebas y el mantenimiento del enmascaramiento:
-
Se evalúa la visión cromática
del paciente con las láminas de Ishihara (edición
de 1994). Después, se somete a la persona a la prueba
de velocidad de lectura inicial. Esta puntuación inicial
se utilizó como referencia para hacer todas las comparaciones.
Es el mismo ayudante el que lleva a cabo todas las pruebas
de velocidad de lectura posteriores.
-
Se realiza la evaluación ChromaGen.
El médico y el paciente no vuelven a tener ningún
tipo de contacto durante el estudio.
-
Una enfermera coloca y retira las lentes
ChromaGen o placebo (según corresponda), sin tener
contacto alguno con el ayudante que realiza las pruebas de
lectura ni con el médico.
-
Estando el paciente con las lentes colocadas,
se llevan a cabo dos pruebas de velocidad de lectura. Después,
la enfermera retira las lentes, hay un breve período
de descanso y se realizan dos pruebas de lectura. Finalmente,
después de otro pequeño descanso, se procede
de nuevo a la colocación de las lentes y se llevan
a cabo dos pruebas de velocidad de lectura.
-
Se puntúa la impresión de
mejoría en la facilidad para leer, y el paciente se
toma un descanso de al menos 30 minutos.
-
Se repiten los pasos 4 y 5 con las otras
lentes. Luego se pregunta al paciente o a la paciente qué
juego de lentes prefiere.
Se usó la prueba de velocidad de lectura de Wilkins28
como medida objetiva. Se trata de una hoja con 150 palabras
organizadas de forma aleatoria, todas tomadas del grupo de las
15 palabras encontradas con más frecuencia por una persona
de 7 años (por ejemplo: "ven", "mira",
"perro", "gato", "para", etc.).
Antes de empezar con la parte cronometrada de la prueba, cada
uno de los pacientes lee en voz alta las 15 palabras que forman
parte de la prueba para establecer si será capaz de terminarlo
una vez empezado.
El paciente lee en voz alta el máximo número
de palabras posible en 60 segundos, lo más rápido
que pueda. El examinador sigue de cerca la evolución
del paciente en una hoja de calificaciones que contiene el mismo
texto, pero en la que las palabras están numeradas para
facilitar la puntuación. Los errores se descuentan de
la puntuación total y, a partir del número de
palabras leídas correctamente por minuto, se calcula
fácilmente la velocidad de lectura.
Después de la lectura inicial (de referencia) y un pequeño
descanso, se llevó a cabo una exploración inicial
de la parte externa de los ojos. Después, los pacientes
observaron una hoja de papel en la que había letras impresas
al azar con espaciado simple agrupadas de manera que no pareciesen
tener sentido. Muchos de los pacientes estaban intranquilos
por tener que leer, y el hecho de que el texto fuese absurdo
alivió su presión.
Se intentó determinar si los pacientes percibían
distorsiones en el texto, y no se utilizaron preguntas directas
para no influenciar a los pacientes. Se les preguntó
qué es lo que les parecía difícil cuando
leían y si, cuando miraron este texto, pasó algo
"extraño" en él, y si eso les pasaba
cuando leían normalmente. Este es el procedimiento recomendado
para identificar distorsión cuando se usan láminas
coloreadas29 (antes de la prueba de velocidad de lectura de
Wilkins para evaluar sus resultados), y creemos que es igual
de aplicable en este caso. Se utilizó una puntuación
simple de presencia o ausencia, pues no se logró establecer
una escala de puntuación subjetiva satisfactoria para
la distorsión.
Los tipos de distorsión de la percepción señalados
por los pacientes disléxicos son, entre otros, que el
texto se vuelve borroso, lo que no puede ser corregido con la
refracción, que las palabras o letras se mueven y los
patrones de distracción formados por los espacios entre
las palabras y las líneas. Algunos pacientes no se dieron
cuenta de que el texto estaba distorsionado hasta que cambió
de aspecto durante la evaluación de las lentes ChromaGen.
Se supone que esto se produjo porque el texto había tenido
siempre ese aspecto.
Se estableció la dominancia direccional pidiendo al
paciente que mirase un objeto distante con los ojos abiertos
a través de una pequeña abertura colocada a la
distancia lograda con el paciente con los brazos extendidos.
Se decidió analizar en primer lugar el ojo no dominante,
ya que, en caso de que sólo hiciese falta una lente,
el tinte es menos perceptible o distrae menos al paciente cuando
se lleva delante de este ojo.
el proceso de evaluación incluía la evaluación
de ambos ojos y, una vez analizado el segundo ojo, los pacientes
llevaban filtros en los dos ojos.
El sujeto que estuviese siendo evaluado miraba el texto organizado
aleatoriamente con ambos ojos y, sucesivamente, se iban colocando
en el ojo correspondiente los filtros coloreados para gafas
del juego ChromaGen para el diagnóstico. No se usó
una secuencia de lentes concreta, sino que las lentes se iban
usando simplemente una detrás de otra, al azar. Se preguntaba
al paciente si la distorsión de la página había
mejorado, había empeorado o si no había cambiado
con las lentes colocadas en ese momento. Si, antes de la prueba,
el paciente no percibía ningún tipo de distorsión
de la letra, ahora comunicaba sencillamente si la letra era
más fácil y más clara a la hora de la lectura
al verla a través de las lentes.
Es importante señalar que el proceso de evaluación
incluía la evaluación de ambos ojos y que, una
vez analizado el segundo ojo, los pacientes llevaban filtros
en los dos ojos. De esta forma, se podía identificar
cualquier mejoría de los síntomas producida por
la supresión por la visión con un filtro colocado
sobre un ojo, pues era de esperar que el paciente volviese a
experimentar los síntomas cuando el filtro fuese colocado
en el otro ojo. Ninguno de los participantes del estudio identificó
como mejor opción la colocación de un filtro en
un solo ojo (esto es, todos experimentaron una mejoría
adicional con la colocación de una segunda lente en el
ojo dominante y, por lo tanto, llevaron un par de lentes en
las pruebas).
Una vez identificadas las lentes preferidas, se procedió
a determinar si las lentes hacían que la letra fuese
más fácil de leer. Esto se llevó a cabo
mediante un sistema de elección obligatoria, que consiste
en que el paciente decide cuál de dos lentes sucesivas
produce mayor mejoría en el aspecto del texto. Así,
el paciente va eligiendo entre las lentes que tiene en un momento
y las siguientes, hasta tomar una decisión final. Entonces,
se coloca en el ojo la lente de contacto con el filtro correspondiente
y se repite el proceso en el ojo dominante. En los casos en
los que el paciente solía llevar gafas, se realizó
el proceso de prueba sobre las gafas, y cuando se colocaron
las lentes de contacto, el paciente llevaba también las
gafas.
Todos los participantes terminaron las situaciones de prueba
(esto es, con las lentes ChromaGen, las lentes placebo y el
testigo sin tratamiento), pero los individuos fueron asignados
de forma aleatoria a uno de estos dos grupos: las lentes placebo
o las lentes ChromaGen en primer lugar. La evaluación
del color con ChromaGen se terminó en todos los casos
antes de darle al paciente su primer juego de lentes para probarlas;
por tanto, los pacientes que recibieron el placebo primero no
se sometieron a una prueba independiente con color inmediatamente
antes de utilizar las lentes ChromaGen.
Las lentes placebo eran claras (si bien tenían un ligero
tinte de manipulación); lentes planas con un alto contenido
de agua. A los pacientes se les dijo que habían sido
tratadas especialmente para hacer que el color fuese invisible
a simple vista y que había que realizar las pruebas con
ambos tipos de lentes porque estábamos comparando los
resultados de ambos juegos de lentes. Se sugirió no usar
las medidas repetidas porque era imposible organizar estudios
clínicos comparativos con placebo a doble ciego debido
a las diferencias físicas entre las lentes tintadas y
las lentes placebo, lo que impide "enmascarar" a los
pacientes para que desconozcan la naturaleza específica
de los tratamientos30. Se eligieron las lentes no tintadas,
en vez del uso de filtros que el paciente había rechazado,
por varias razones:
-
por definición, un placebo debe ser
inerte31, y
-
no podríamos estar seguros (en caso
de usar las lentes rechazadas) de que no fuesen a ejercer
un efecto perjudicial en la lectura. De hecho, gracias a un
estudio anterior25, estábamos alertados del hecho de
que el uso de los filtros incorrectos (en pacientes disléxicos)
podría causar astenopía, con lo que se introduciría
un factor de confusión.
-
debido a la naturaleza de los filtros ChromaGen,
es muy posible que un paciente que no tuviese una visión
cromática deficiente se diese cuenta de que le habían
dado los tintes incorrectos.
Tabla 1 Resumen de los datos de la media y la desviación
estándar de la velocidad de lectura en palabras por minuto,
obtenida usando la prueba de velocidad de lectura de Wilkins,
con las lentes de control, ChromaGen y placebo y usando medidas
repetidas.
Todos, 47 pacientes que terminaron satisfactoriamente
este estudio; Distorsión, 41 individuos que relataron
distorsión de la percepción al leer; Sin distorsión,
seis pacientes que no señalaron ninguna distorsión
de la percepción; Visión cromática deficiente,
nueve individuos con deficiencias en la visión cromática
apreciables mediante la prueba de Ishihara; Sin visión
cromática deficiente, 38 individuos sin deficiencias
en la visión cromática; Distorsión y
sin deficiencias en la visión cromática, 34
pacientes con distorsión de la percepción y sin
deficiencias en la visión cromática; Puntuación
inicial en la prueba de Wilkins, media de la puntuación
inicial o de referencia en la prueba de velocidad de lectura
de Wilkins en palabras por minuto; Media de control, puntuación
media en la prueba de velocidad de lectura de Wilkins en palabras
por minuto usando lentes de control (sin tratamiento); Media
de ChromaGen, puntuación media en la prueba de velocidad
de lectura de Wilkins en palabras por minuto usando las lentes
ChromaGen; Media de placebo, puntuación media
en la prueba de velocidad de lectura de Wilkins en palabras
por minuto usando lentes placebo (no tintadas).
Nuestra preocupación -además de lo que se acaba
de comentar- es que el uso de filtros incorrectos (elegidos
de entre las lentes rechazadas durante el proceso de evaluación)
permitiría fácilmente el "desenmascaramiento"
de los pacientes a medida que fuese avanzando el estudio. Hay
grandes diferencias en los colores utilizados en la evaluación
ChromaGen, y los cambios con respecto a las lentes preferidas
serían obvios para el paciente; sin embargo, si era posible
sacar una conclusión de la explicación previa
a la evaluación, ésta era que las lentes CLARAS
eran las lentes que se estaban probando, ya que se suponía
que éstas eran equivalentes a las lentes tintadas elegidas,
sólo que habían sido tratadas especialmente (esto
es, eran más "experimentales") con el fin de
parecer claras. De hecho, algunos pacientes estaban muy impresionados
por la tecnología que, aparentemente, había sido
necesaria para lograr esto.
Nos alegra que las lentes placebo fuesen eficaces. La confirmación
puede encontrarse en los aumentos en la velocidad de lectura
con el placebo y el hecho de que los pacientes que no sufrían
distorsión no mejoraron de forma significativa con las
lentes tintadas, a pesar de haberse sometido al mismo proceso
de evaluación.
Tras un período para que el paciente se adaptase a la
presencia de las lentes, se midió dos veces la velocidad
de lectura, y luego una enfermera retiró las lentes.
El paciente tuvo un período de al menos 10 minutos de
descanso, y luego se llevaron a cabo dos lecturas de control
(sin intervención) con la prueba de Wilkins. Después,
se colocaron de nuevo las lentes, se hizo otro pequeño
descanso y se llevaron a cabo otras dos lecturas.
Cada uno de los pacientes tuvo un período de descanso
de 30 minutos, como mínimo, antes de repetir el procedimiento
con el otro juego de lentes. Una vez acabados los grupos de
pruebas para cada tipo de lente, se pidió a los pacientes
que puntuasen, mediante una escala de 20 puntos, la mejoría
subjetiva en cuanto a facilidad de lectura. Dicha escala iba
desde -10 (hicieron que la lectura fuese mucho más difícil),
pasando por 0 (no afectaron a mi lectura) hasta +10 (hicieron
que la lectura fuese más fácil). Una vez terminada
la evaluación y la puntuación de los dos juegos
de lentes, se preguntó a los pacientes cuál preferían.
Se tabularon los datos, se elaboraron gráficos con Microsoft
Excel 97 y se analizaron con Minitab (edición de estudiante,
1995).
Mejoría media en las puntuaciones de la velocidad
de lectura en palabras por minuto con las lentes ChromaGen,
las lentes placebo y las lentes de control (sin tratamiento)
usando medidas repetidas.
Figura 1
En el gráfico se usan medidas repetidas para mostrar
la mejoría media en las puntuaciones de la velocidad
de lectura (con respecto a la puntuación inicial de referencia)
entre las lentes ChromaGen, las lentes placebo y las respectivas
lentes de control. Los grupos representados son: todos los pacientes,
los pacientes que notificaron distorsión y los pacientes
que notificaron distorsión y no tenían deficiencias
en la visión cromática.
Resultados
Los 47 pacientes que terminaron satisfactoriamente el estudio
podrían dividirse en cuatro grupos: los que relataron
que habían experimentado distorsión del texto
(41 pacientes) y los que no (6 pacientes), los que tenían
una visión cromática deficiente (9 pacientes)
y los que no (38 pacientes). De ellos, 34 individuos notificaron
distorsión y no tenían ninguna deficiencia apreciable
en la visión cromática en la prueba de Ishihara,
por lo que eran comparables a los que participaron en el estudio
piloto original26, del que se habían excluido a las personas
con visión cromática deficiente.
La mejoría media en la velocidad de lectura se cuantificó
en palabras por minuto, y fue calculada para cada individuo
como el aumento porcentual por encima de la puntuación
individual obtenida en la lectura inicial. Esta puntuación
inicial de la velocidad de lectura se utilizó como referencia
en función de la cual se midió la mejoría.
Además, las mejorías individuales conseguidas
con el uso de las lentes ChromaGen fueron comparadas tanto con
las puntuaciones iniciales (de referencia) de la velocidad de
lectura como con la puntuación de la velocidad de lectura
conseguida con las lentes placebo.
Los resultados que se exponen en la Tabla 1 muestran la media
del grupo y la desviación estándar de las puntuaciones
de velocidad de lectura en palabras por minuto, determinadas
para cada grupo en todas las opciones de tratamiento, utilizando
medidas repetidas. Los tres resultados más significativos
de esta tabla están representados gráficamente
en la Figura 1. En esta figura se compara el aumento medio en
palabras por minuto con respecto a la media de las puntuaciones
iniciales (de referencia) de la velocidad de lectura para el
grupo entero de pacientes, para los pacientes que indicaron
haber experimentado distorsión del texto y para los pacientes
que notificaron distorsión, pero no deficiencia apreciable
en la visión cromática, para cada una de las tres
situaciones de tratamiento: sin intervención (control),
lentes ChromaGen y lentes placebo.
En el grupo que terminó las pruebas, la velocidad de
lectura inicial media fue de 83,7 palabras por minuto. El aumento
medio en la velocidad de lectura con las lentes placebo fue
de 6,5 palabras por minuto, usando medidas repetidas. En el
caso de las lentes ChromaGen el aumento medio en la velocidad
de lectura fue de 12,2 palabras por minuto, usando medidas repetidas.
La comparación directa entre las lentes ChromaGen y las
lentes placebo produjo una mejoría media de 14,8 palabras
por minuto con las lentes ChromaGen y de 6 palabras por minuto
con las lentes placebo.
Se analizaron los datos con el análisis de la variancia
(ANOVA) para comparar los dos grupos independientes (los que
usaron las lentes ChromaGen y los que usaron las lentes placebo
en primer lugar). Dicho análisis mostró que había
diferencias significativas en la respuesta al uso de lentes
ChromaGen. La mejoría en las puntuaciones de la velocidad
de lectura utilizando en primer lugar las lentes ChromaGen,
en comparación con los pacientes que usaron las lentes
ChromaGen en segundo lugar, fue significativamente diferente
(p = 0,043); sin embargo, la mejoría con el uso de las
lentes placebo en primer lugar en comparación con las
personas que usaron las lentes placebo en segundo lugar no fue
significativa para los pacientes que notificaron distorsión
de la percepción y que no mostraron deficiencias apreciables
en la visión cromática (p = 0,252). Esto se tomó
para negar la hipótesis de que las correlaciones entre
pares de niveles son las mismas32, y se prefirió usar
pruebas de la t en vez de ANOVA para analizar las medidas repetidas.
Tabla 2 Resumen de los datos en el que se compara la respuesta
inicial solamente de la media (y desviación estándar)
de la mejoría en la puntuación de la prueba de
velocidad de lectura de Wilkins (cuantificada en palabras por
minuto) usando las lentes ChromaGen, las lentes placebo y las
lentes de control para: todos los pacientes, los pacientes que
notificaron distorsión y los pacientes que notificaron
distorsión y ninguna deficiencia apreciable en la visión
cromática.
Todos, 47 pacientes que terminaron satisfactoriamente
este estudio; Distorsión, 41 individuos que relataron
distorsión de la percepción al leer; Sin distorsión,
seis pacientes que no señalaron ninguna distorsión
de la percepción; Visión cromática deficiente,
nueve individuos con deficiencias en la visión cromática
de tipo protan y deutan en la prueba de Ishihara; Sin visión
cromática deficiente, 38 individuos sin deficiencias
apreciables en la visión cromática; Distorsión
y sin deficiencias en la visión cromática, 34
pacientes con distorsión de la percepción y sin
deficiencias en la visión cromática; Prueba
de Wilkins, media de la puntuación inicial o de referencia
en la prueba de velocidad de lectura de Wilkins en palabras
por minuto; ChromaGen, puntuación media en la
prueba de velocidad de lectura de Wilkins en palabras por minuto
usando lentes ChromaGen; Control 1, puntuación
media en la prueba de velocidad de lectura de Wilkins en palabras
por minuto en situación de no tratamiento (control) de
los pacientes que usaron lentes ChromaGen; Control 2, puntuación
media en la prueba de velocidad de lectura de Wilkins en palabras
por minuto en situación de no tratamiento (control) de
los pacientes que usaron lentes placebo; Placebo, puntuación
media en la prueba de velocidad de lectura de Wilkins en palabras
por minuto utilizando lentes placebo (no tintadas).
Los datos recogidos durante la primera mitad de la pauta de
tratamiento solamente fueron analizados por separado utilizando
ANOVA como comparación directa de los dos tratamientos
(ChromaGen y placebo), junto con los respectivos controles (sin
lentes), ya que en esta parte del experimento se evitaron los
efectos residuales de las lentes de tratamiento iniciales.
Los resultados de esta primera parte de la prueba se resumen
en la Tabla 2, en la que se muestran la media y la desviación
estándar del aumento por encima de las puntuaciones de
referencia en la velocidad de lectura en palabras por minuto
para cada grupo en ambas situaciones de tratamiento. Los tres
resultados más significativos de esta tabla se representan
gráficamente en la Figura 2. En esta figura se muestra
la comparación entre grupos independientes, las dos situaciones
de tratamiento (lentes ChromaGen y lentes placebo) y sus respectivos
controles; y la mejoría media en palabras por minuto
con respecto a las puntuaciones de referencia en la velocidad
de lectura para el grupo en conjunto, los pacientes que notificaron
distorsión y los pacientes que relataron distorsión
pero ninguna deficiencia en la visión cromática.
El análisis, en la Tabla 1, de las medidas repetidas
usando pruebas de la t para el grupo en conjunto reveló
que había una mejoría muy significativa en las
puntuaciones en la velocidad de lectura con el uso del placebo
(con respecto a la puntuación de referencia en la velocidad
de lectura, p < 0,0004), pero que la mejoría con las
lentes ChromaGen fue más significativa, por encima tanto
de la puntuación de referencia (p < 0,0001) como de
las correspondientes puntuaciones individuales usando las lentes
placebo (p < 0,0001).
El análisis de la variancia de la comparación
directa de los datos de los grupos independientes que se expone
en la Tabla 2 muestra que la mejoría media en las puntuaciones
en la prueba de velocidad (en palabras por minuto) con las lentes
ChromaGen con respecto a las puntuaciones de referencia -en
comparación con la mejoría experimentada con las
lentes placebo con respecto a las puntuaciones de referencia-
es significativa en todos los pacientes, con independencia de
la distorsión o de la visión cromática
deficiente comunicadas por el paciente (p = 0,029). En los individuos
que relataron distorsión, la mejoría media en
las puntuaciones en la prueba de velocidad con las lentes ChromaGen
con respecto a las lentes placebo es muy significativa (p =
0,006). En los pacientes con distorsión del texto y sin
visión cromática deficiente, la mejoría
media en las puntuaciones en la prueba de velocidad con las
lentes ChromaGen en comparación con las lentes placebo
fue también muy significativa (p = 0,002).
Se podría argumentar que la variación tan alta
en las puntuaciones iniciales en la prueba de velocidad, a partir
de las que se calculó la puntuación media de referencia
(intervalo de 25 a 143 palabras por minuto) -si bien refleja
una amplia variación en la capacidad de la población
general de individuos con dificultades de aprendizaje específicas-
podría estar excesivamente sesgada (cuando se usan incrementos
medios en palabras por minuto) hacia individuos con puntuaciones
más altas en la prueba de velocidad inicial. También
se calculó la mejoría media porcentual a partir
del promedio de la mejoría porcentual de cada paciente
con respecto a su puntuación individual inicial, con
el fin de reducir el impacto de la gran variabilidad en las
puntuaciones en la lectura de los pacientes sometidos a la prueba.
El análisis de la variancia usando esta mejoría
porcentual media en palabras por minuto no mostró, en
general, una mejoría significativa con el uso de las
lentes ChromaGen en comparación con las lentes placebo
(p = 0,184); sin embargo, sí fue significativa en los
pacientes que experimentaron distorsión, con independencia
de la visión cromática deficiente (p = 0,05),
y fue muy significativa entre los individuos que notificaron
distorsión pero no tenían visión cromática
deficiente (p = 0,006).
Se pidió a los pacientes que terminaron el estudio que
puntuasen los dos tipos de lentes, ChromaGen y placebo, con
una escala de -10 a +10 en cuanto a su facilidad para leer y
que indicasen qué lentes preferían. De los 40
pacientes*, 29 (72,5%) prefirieron las lentes ChromaGen a las
lentes placebo. La mediana de la puntuación para las
lentes ChromaGen fue '7' y para las lentes placebo fue '4,5'.
El análisis no paramétrico (Wilcoxon) de este
resultado revela que las lentes ChromaGen recibieron una puntuación
significativamente más alta que las lentes placebo (p
= 0,0001).
No hubo un efecto de la práctica significativo; esto
queda demostrado porque no se produjo ninguna mejoría
significativa en la velocidad de lectura con el control durante
la investigación (desde la puntuación inicial
en la velocidad de lectura hasta la puntuación novena
y final). Esto constituyó un fuerte contraste con los
cambios en la respuesta entre los pacientes que usaron lentes
ChromaGen en primer lugar comparados con los que usaron lentes
placebo en primer lugar. En el grupo de individuos que usaron
primero el placebo, el incremento en la velocidad de lectura
fue el 50% del de los pacientes que usaron primero las lentes
ChromaGen. Sin embargo, no hubo una diferencia significativa
entre estos dos grupos en cuanto a la magnitud de las mejorías
con ChromaGen por encima de las puntuaciones obtenidas con sus
lentes placebo (p = 0,198).
* Evaluación de los pacientes que expresaron su preferencia;
uno de los 41 pacientes iniciales dijo que "las dos eran
iguales".
En la comparación directa entre grupos independientes,
las lentes ChromaGen produjeron un incremento medio en la puntuación
en la prueba de velocidad de lectura de Wilkins de 15 palabras
por minuto con respecto a la puntuación inicial de referencia
y de 12 palabras por minuto usando medidas repetidas. Esto último
representa un tamaño del efecto del tratamiento de 1,1,
tal y como lo define la convención de Cohen32, que es
un efecto del tratamiento muy grande33; sin embargo, este efecto
no estuvo distribuido de manera uniforme en el grupo. Los seis
pacientes que no relataron distorsión mostraron una mejoría
muy pequeña, o ninguna mejoría, con las lentes
ChromaGen pero, por el contrario, sí que mostraron un
gran efecto del tratamiento con las lentes placebo.
Mejoría media en las puntuaciones de la velocidad
de lectura en palabras por minuto con las lentes ChromaGen,
las lentes placebo y las lentes de control (sin tratamiento)
entre grupos independientes.
.
Figura 2
En el gráfico se usan grupos independientes para comparar
la mejoría media en las puntuaciones en la velocidad
de lectura (con respecto a las puntuaciones iniciales de referencia
individuales) entre las lentes ChromaGen, las lentes placebo
y las respectivas lentes de control. Los grupos representados
son: todos los pacientes, los pacientes que notificaron distorsión
y los pacientes que notificaron distorsión y no tenían
deficiencias en la visión cromática.
Discusión
La enorme respuesta de algunos pacientes al placebo -especialmente
de los que no notificaron distorsión- parece indicar
la necesidad de llevar a cabo más estudios para identificar
si dichos individuos son más susceptibles a la sugestión
o si alguna otra influencia distorsionó los resultados.
Los nueve pacientes que tenían deficiencias apreciables
en la visión cromática mostraron una respuesta
muy variable a las lentes ChromaGen. Se esperaba dicha variabilidad
en la respuesta, ya que la combinación de las lentes
ChromaGen que son eficaces en el tratamiento de una deficiencia
individual en la visión cromática no es necesariamente
la misma que la que es más efectiva para paliar la distorsión
de ese mismo individuo, en caso de estar también presente.
Esta diferencia en las necesidades de prescripción del
color en algunos pacientes puede ser la responsable de la gran
variación en el aumento de la velocidad de lectura con
las lentes ChromaGen -por encima del placebo- observada en el
grupo de pacientes con visión cromática deficiente.
Algunos pacientes responden de manera mucho más positiva
que otros a las lentes ChromaGen como ayuda para sus deficiencias
en la visión cromática1,2. De la misma forma,
la respuesta a las lentes ChromaGen de los pacientes disléxicos
depende mucho de cada individuo, y aún no se aprecia
una relación simple entre la diferencia en los tintes
usados en el sistema haploscópico o el nivel inicial
de distorsión señalado por el paciente.
* d = (m1 - m2)/s
en que d = tamaño del efecto del tratamiento;
m1 = aumento medio debido a ChromaGen;
m2 = mejoría media con el control; y
s = desviación estándar global
El experimento fue diseñado para permitir tanto el uso
de medidas repetidas en un estudio cruzado a doble ciego comparativo
con placebo, analizadas mediante pruebas de la t, como la comparación
directa de las lentes ChromaGen y placebo utilizando una situación
sin tratamiento (control) entre unas medidas y otras para estudiar
los efectos residuales y los efectos de la práctica.
Se presentaron suficientes personas para que fuese posible
probar a un grupo de comparación final de 34 pacientes,
que habían notificado haber experimentado distorsión
y que no tenían deficiencias apreciables en la visión
cromática. Se ha expresado preocupación por el
hecho de que el efecto del tratamiento con las lentes ChromaGen
fue inusitadamente mayor en comparación con otros tratamientos34.
Por esta razón, se consideró importante que el
diseño fuese lo suficientemente flexible para medir efectos
del tratamiento menores utilizando medidas repetidas en caso
de que el tratamiento demostrase ser menos eficaz en la población
general de pacientes con dificultades de lectura, en oposición
a los individuos del estudio piloto, que notificaron distorsión
y no relataron deficiencias en la visión cromática.
Creemos que hemos hecho frente al problema de establecer un
placebo eficaz, ya que, antes del estudio, se informó
a los pacientes de que las lentes ChromaGen y placebo eran equivalentes
en cuanto a eficacia, aunque fuesen distintas. Por tanto, podemos
decir que en esta ocasión se logró crear un placebo
eficaz. La prueba de esto es el aumento en la velocidad de lectura
logrado con las lentes placebo.
Se podría argumentar que los participantes podrían
"desenmascararse" a sí mismos durante el estudio;
es posible que, alertados por el color de las lentes ChromaGen,
se diesen cuenta de que el placebo (es decir, las lentes no
tintadas) era ineficaz. Hay varias razones por las que es probable
que esto no haya ocurrido. En primer lugar, los pacientes que
no señalaron haber experimentado distorsión no
mostraron mejoría con las lentes ChromaGen. Entonces,
si el color de las lentes les hubiese hecho sospechar de alguna
forma que las lentes tintadas eran más eficaces que las
no tintadas, sería de esperar que se hubiese producido
alguna mejoría con las lentes ChromaGen. De hecho, los
pacientes que no dijeron haber experimentado distorsión
mostraron mayores mejorías en las puntuaciones en la
velocidad de lectura con las lentes placebo y una reducción
en las puntuaciones en la velocidad de lectura con las lentes
ChromaGen.
En segundo lugar, si el tinte de las lentes alertó a
los participantes sobre la identidad de las lentes de tratamiento
"eficaces", los pacientes que usaron las lentes placebo
no tintadas en primer lugar y las lentes ChromaGen determinan
si esta mejoría en la velocidad de lectura se mantiene
a largo plazo, pero los informes de pacientes (en comunicaciones
personales con el autor nombrado en primer lugar) parecen indicar
que sí se mantiene.
Los resultados tanto de las pruebas comparativas entre las
lentes ChromaGen y placebo como de las medidas repetidas usando
lentes ChromaGen, lentes placebo y lentes de control muestran
que la mejoría en la velocidad de lectura no está
causada por un efecto "placebo de las lentes de contacto".
Esto -una mejoría lograda usando un tratamiento físico,
independientemente de lo inerte que sea- es, sin embargo, claramente
apreciable en los pacientes que no indicaron haber experimentado
distorsión alguna. Esto podría indicar el grado
de vulnerabilidad a la sugestión de los pacientes con
dificultades de aprendizaje específicas.
La cantidad de individuos que no notificaron distorsión
es muy bajo en este estudio -seis de 47 (13%, aproximadamente)-
en comparación con otros estudios publicados (una comunicación
privada con la Asociación Británica de Dislexia
sugiere aproximadamente un 50%). Serán necesarios ulteriores
estudios para determinar si estas proporciones fueron resultado
de que el paciente notificó más distorsión
de la que en realidad experimentaba o de que había mayores
niveles de distorsión de menor grado, los cuales no son
fácilmente cuantificables con los procedimientos de evaluación
de los que disponemos en la actualidad.
El grupo en conjunto mostró una proporción muy
alta de individuos con visión cromática deficiente:
nueve de 47 (19%). Aunque esta incidencia es muy superior a
la que sería de esperar en una muestra de este tamaño,
es evidente que la proporción de pacientes con visión
cromática deficiente que no notificaron distorsión
es también baja (dos de nueve, un 22%).
Conclusiones
Las lentes ChromaGen producen una mejoría estadísticamente
muy significativa en la velocidad de lectura en individuos que
notificaron distorsión del texto (independientemente
de las deficiencias en la visión cromática), pero
las lentes placebo (comparadas directamente con las lentes ChromaGen)
no. Las pruebas de la t para medidas repetidas revela que este
incremento es muy significativo, por encima de cualquier mejoría
obtenida con las lentes placebo.
No hay diferencias estadísticamente significativas entre
las lentes placebo y la situación de control de no intervención
en ninguno de los grupos, aunque en uno de los grupos (los pacientes
con visión cromática deficiente) se produjeron
resultados muy variables.
No hubo efectos de la práctica significativos, salvo
en los individuos con visión cromática deficiente,
que mostraron respuestas muy variables tanto al placebo como
a las lentes ChromaGen. De forma similar, los pacientes que
indicaron no haber tenido problemas con la distorsión
de la percepción no mostraron un incremento significativo
en la velocidad de lectura con las lentes ChromaGen ni con las
lentes placebo para las medidas repetidas analizadas con las
pruebas de la t. En este caso, sin embargo, los resultados fueron
también variables y, además, el tamaño
de la muestra para este grupo era muy pequeño (seis pacientes).
La variabilidad en la respuesta indica que es necesario llevar
a cabo más investigaciones en personas con dislexia y
visión cromática deficiente y personas con visión
cromática normal que no señalan distorsión
del texto, antes de sacar conclusiones sobre estos grupos concretos.
En los pacientes disléxicos más frecuentes (los
que no tienen visión cromática deficiente, pero
sí sufren distorsión del texto), ChromaGen produce
una mejoría media estadísticamente significativa
en la velocidad de lectura, en comparación con las puntuaciones
medias iniciales, y dicha mejoría sigue siendo estadísticamente
significativa incluso cuando se la compara con las puntuaciones
medias en la velocidad de lectura logradas con las lentes placebo
utilizadas en este estudio.
Descargo de responsabilidad
David Harris es el inventor del sistema ChromaGen y, por esta
razón, tiene un interés en el producto. Susan
MacRow?Hill es una ayudante de investigación clínica
independiente que no tiene relación con ningún
producto o empresa mencionados en este artículo.
Bibliografía
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