Estudio realizado por la Sociedad Oftalmológica Canadiense
Declaraciones de política
y directrices, Dificultades de aprendizaje, dislexia y vista
POLÍTICA:
La Sociedad Canadiense de Oftalmología
mantiene la opinión de que un niño o adulto con
dislexia o una dificultad de aprendizaje relacionada debería
percibir:
-
(a) Una evaluación y un diagnóstico
médicos, educativos o psicológicos tempranos.
-
(b) Un tratamiento con procedimientos educativos
de valor comprobado y demostrado por investigaciones científicas
fiables.
ANTECEDENTES:
Los problemas de la dislexia y de las dificultades
de aprendizaje relacionadas se han convertido en temas de creciente
interés público. La incapacidad de un niño
o adulto para leer de forma comprensiva debido a anomalías
en el procesamiento de símbolos visuales supone un importante
obstáculo para el aprendizaje escolar, pudiendo acarrear
consecuencias sociales y económicas de gran alcance. Estos
problemas son mucho más frecuentes en sociedades con una
escritura fonética en lugar de gráfica. La preocupación
natural y pertinente de los padres por el bienestar de sus hijos
y de la sociedad por los menos favorecidos ha fomentado la proliferación
de procedimientos diagnósticos y correctivos, muchos de los
cuales son polémicos. Por lo tanto, el diagnóstico
y tratamiento de la dislexia y las dificultades de aprendizaje asociadas
se han revisado recientemente, con las siguientes conclusiones respaldadas
por la Sociedad Canadiense de Oftalmología.
EVALUACION Y CONCLUSIONES
1. La dislexia y las dificultades de aprendizaje
relacionadas, así como otras formas de bajo rendimiento educativo
requieren un enfoque interdisciplinario desde la medicina, educación
y psicología en cuanto a la evaluación, diagnóstico
y tratamiento. Determinados síntomas pueden detectarse durante
la lactancia y primera infancia por especialistas educativos mediante
técnicas de reconocimiento. Entre los niños con problemas
potenciales se incluye a los que presentan trastornos del habla
y psíquicos o antecedentes familiares de dificultades de
aprendizaje. Estos niños deberían ser examinados lo
más pronto posible por especialistas educativos y psicológicos
para identificar a los que puedan manifestar una dificultad de aprendizaje.
2. El cuidado de los ojos no debería
iniciarse nunca de forma separada cuando una persona tiene dislexia
o una dificultad de aprendizaje relacionada. Los niños en
los que se hayan identificado dichos problemas deberían ser
examinados en cuanto a los trastornos generales de tipo médico,
neurológico, psicológico, visual y auditivo. Si se
detecta algún problema de esta índole debería
corregirse inmediatamente.
3. Dado que en el reconocimiento de palabras
los datos se transmiten al cerebro a través de los ojos,
se ha hecho desgraciadamente una práctica común
achacar las dificultades de lectura a anomalías oculares
sutiles, supuestas causantes de una percepción defectuosa.
Aunque los ojos sean necesarios para la vista, el cerebro codifica
la información visual, dando como resultado la "percepción
visual". No cabría esperar que la atención
que se le da a los ojos tenga algún efecto sobre el procesamiento
de estímulos visuales por el cerebro. De hecho, los niños
con o sin dislexia o dificultades de aprendizaje relacionadas
muestran la misma incidencia de anomalías oculares como
los trastornos de refracción y el desequilibrio muscular.
No existe ninguna anomalía ocular periférica que
produzca dislexia o dificultades de aprendizaje asociadas. Los
trastornos oculares no causan la inversión de letras, palabras
o números. Los recientes estudios indican que la dislexia
y las dificultades de aprendizaje asociadas pueden estar relacionadas
con modificaciones genéticas, bioquímicas o estructurales
del cerebro. La Sociedad cree que la investigación comparativa
continuada está justificada.
4. Ningún dato científico conocido
corrobora las pretensiones de mejorar las capacidades escolares
de los niños disléxicos o con otras dificultades
de aprendizaje, o la modificación del comportamiento delictivo
o criminal, con un tratamiento basado en:
-
(a) el entrenamiento visual, incluidos los
ejercicios musculares, ejercicios de búsqueda o seguimiento
ocular o gafas (con o sin lentes bifocales o prismas), o
-
(b) el entrenamiento neurológico-organizativo
(entrenamiento de la lateralidad o entrenamiento perceptivo
con la tabla de equilibrio).
Por si fuera poco, dichos entrenamientos tienen
a menudo efectos perjudiciales. Se crea una falsa sensación
de seguridad que puede retrasar o impedir la instrucción
adecuada o terapia correctiva. El coste de tales procedimientos
no está justificado y puede que se omitan las técnicas
de educación especial apropiadas. Las mejoras que se le
atribuyen al entrenamiento visual o neurológico-organizativo
se deben generalmente a las técnicas de educación
especial con las que se combina.
5. Excepto en el caso de anomalías
oculares corregibles, las gafas (con o sin lentes bifocales o
prismas) carecen de valor en el tratamiento específico
de la dislexia o de una dificultad de aprendizaje relacionada.
De hecho, las gafas recetadas innecesariamente pueden producir
una falsa sensación de seguridad que posterga el tratamiento
requerido.
6. La enseñanza de niños y adultos
con dislexia u otras dificultades de aprendizaje compete a la
ciencia de la educación. Se deberían realizar pruebas
educativas y psicológicas adecuadas y comprobadas por expertos
para identificar el tipo de dificultad de aprendizaje. Puesto
que las terapias pueden tener mayor efecto en edades tempranas,
en particular antes de que se desarrolle un patrón de fracaso,
el diagnóstico precoz es fundamental. Visto que los factores
mentales y psicológicos contribuyen al éxito o fracaso
de un niño, no se puede aplicar un único enfoque
educativo a todos los niños.
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